El día de la felicidad impuesta 

DÍA

Es un día necesario una vez al año o al mes, debemos hacer practica de nuestra felicidad aunque sea forzada. Nuestras vidas son una constante entre supervivencia alimentaria, resistencia y disfrute del placer. No quiero mencionar que existen muchos estilos de vida, unos más sanos que otros, pero en definitiva y generalizando se resume en esos tres apartados. En este día que he impuesto de manera forzosa en mi calendario personal intento reunirme con gente que forzosamente también quieren ser felices por un día, de esa manera hacemos de ese día un día inolvidable y practicamos múltiples actividades animosas en grupo o por separado. El día de la felicidad impuesta es darle al mundo un descanso y saber apreciar la belleza de las cosas, dar las gracias al universo por estar vivos y poder disfrutar del sol, de la brisa diurna y nocturna, los colores del amanecer y atardecer, del olor y sabor de las comidas, de las ganas de tocar la hierba y de abrazar a los arboles de disfrutar la unión de dos cuerpos desde un abrazo hasta lo más profundo que puedas llegarte a imaginar. En este día uno se sumerge en su interior y en el exterior a la vez, es obligado a no pronunciar ninguna palabra malsonante ni hiriente hacia ningún ser humano, los gestos parten solo desde el amor. En este día los pensamientos son limpios y puros como el olor a resina de pino. Te vistes por no decir disfrazarte de la ropa que siempre has querido llevar en publico pero por vergüenza nunca te pones. Es un día que puede empezar al revés si así lo deseas. Se practica solo la buena educación y respeto entre todos los ciudadanos. 

Es el día en que te quitas todos los miedos que te frenan y no te dejan ser feliz como por ejemplo decirle a la chica que tanto te gusta que te gusta o encontrarte a una hermosa mujer por la calle y ser capaz de acercarte y pedirle una cita o solo hacerle saber lo hermosa y bella que te parece sin esperar nada a cambio solo por el hecho de alegrarle el día. Puedes dejar el móvil apagado y salir de casa 12 horas y tener toda clase de interacciones diferentes y realizar los planes que nunca llegaste a conseguir. Es una día sin dramas ni movidas un día para recargar las pilas y purificarte, un día de te, un día de música, un día de desconexión de todo lo que te frena, un día potenciador.

Os voy a contar una pequeña anécdota de unos de mis tantos días de felicidad impuesta

Iba con mi hermana montando en bicicleta una mañana de invierno por la ciudad de Madrid.

Aquel día comenzó con how my heart sings de Bill Evans en mi cabeza de fondo mientras mi hermana y yo sacábamos las bicis del patio de casa. Sonaba la cadena oxidada cada vez  que cambiaba de piñón a uno más pequeño en la sucesión de cuestas que las calles de mi barrio tiene de camino al carril bici dirección Retiro. La gente caminaba de manera inusual, respetaba las señales, los semáforos, nadie se interponía entre el carril bici y la calle de al lado. El sol lanzaba unos rayos cálidos de invierno sobre mis manos frías y descubiertas. Todo iba de maravilla mi hermana y yo comentábamos lo extraño que se nos hacía que todo fuese tan “redondo”. El segundo encuentro sorprendente fue en uno de los cruces, paramos, estaba en ámbar fijo y como decía mi profesora de autoescuela, amarillo fijo rojo es. Un ciclista que iba detrás de nosotros nos advirtió muy amablemente de que nos iba a adelantar con nuestro permiso, atónitos mi hermana y yo nos miramos y sonreímos, parecía reinar la educación y el respeto entre individuos por fin en las calles de Madrid. Mas adelante en otro semáforo encontramos a dos amigos despidiéndose de una mañana de bicis y se daban las gracias mutuamente de manera afectiva por pasar tan buena mañana juntos y ahora finalizada se distanciaban ambos cada uno tomando un rumbo diferente tal vez a sus casa, tal vez al trabajo. Mi hermana y yo seguimos el carril bici hasta el final hasta una de las tantas entradas al retiro. La gente dejó de amontonarse en el lado del carril bici y se apartaban para dejarnos espacio, nos leían la mente, veían nuestras necesidades vitales, comprendían su entorno. Una vez dentro del Retiro fuimos a nuestro segundo spot favorito el molino de agua donde recibimos baños de sol y relajamos nuestra mente cuerpo y espíritu, donde recargamos pilas y desconectamos de los problemas mundanos mas absurdos. Todo el mundo en ese lugar parecía meditar, estaban desperdigados en silencio tumbados o sentados en la postura de loto o semi-loto disfrutando del calor, de la luz, del silencio. Una vez recargadas nuestras fuerzas volvimos a casa teníamos la necesidad de devolverle a alguien un “que pase un buen día” o un “buen apetito” si veíamos a alguien comer ya que no dejaba de sorprendernos el clima para ser invierno ni la gente con esa alegría y amabilidad. De camino a casa hablábamos de comprarnos plantas de interior para decorar el cuarto y cuidarlas proveyéndonos de oxigeno y limpiar nuestras auras, no estar tan solos y dejar buen olor. 

El día de la felicidad impuesta surge por el simple hecho de darme cuenta de que la gente funciona mejor cuando esta tranquila, descansada y sin insultarse unos a otros independientemente de sus diferencias tanto físicas como intelectuales. Un mundo en el que cada uno vaya a su bola, sin pisarse los unos a los otros. Necesitamos liberarnos de todo lo negativo para encontrar una estabilidad emocional y poder disfrutar de cada segundo sin estar pensando con estrés en el siguiente. Si ahora estamos preparando un té disfrutar ese té desde el principio hasta el final, todo su proceso de elaboración y degustación, las actividades sensoriales, el calor que produce en las manos, los aromas que suelta, el sabor que tiene y así con todo. Al igual que la gente entiende que tienen que hacer ejercicio y controlar lo que comen beben para mantener un cuerpo sano tienen que practicar un detox mental de vez en cuando para no cortocircuitar tan amenudo en las familias, en el trabajo, entre amigos. Ir por la calle y decirle a alguien hoy es mi día de felicidad impuesta y que entiendan que ese día no estas para bromas, que lo respeten aunque sea a la fuerza. Es una keyword para que tu vida cambie y por ende cambie la de cada ser humano ya que tenemos influencia y poder a la hora de cambiar al otro.

Como dice Sadhguru: “Joy is not a goal by itself, but it’s a necessary ambience for life” que traducido quiere decir: La alegría no es un objetivo en sí mismo, pero es un ambiente necesario para la vida.

Jack Prados

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JACK PRADOS

1998 Nacido en Madrid, España.
2017-2021 Grado Bellas Artes UCLM, Cuenca.

SOLO EXHIBITIONS

2020. Cuatro símbolos 17.965 golpes
2021. Dinamismo crecimiento interdependencia

Jack Prados es un escultor y artista de Land Art español. Trabaja principalmente con materiales naturales y árboles secos. Sus esculturas de madera están hechas con herramientas manuales que incluyen hachas y sierras, transformando los árboles en figuras dinámicas como en su obra Dinamismo Crecimiento Interdependencia (2021), en la que ensambla varias ramas de diferentes especies de árboles en esculturas de 5 metros de alto. Nació en 1998 Madrid, España, estudió Grado de Bellas Artes en Cuenca UCLM (2017-2021). Entre sus primeras y más conocidas obras se encuentra Cuatro símbolos 17.965 golpes (2020), para la cual el artista talló en roca caliza de la serranía de Cuenca una serie de cuatro petroglifos creando su propia simbología para representar el concepto de autoconocimiento, amistad, familia, vida y muerte. Su trabajo ha sido exhibido en la sala grande de la Universidad de Bellas Artes en Castilla la Mancha.